....Abre tu razón y piensa...

Muchas ocasiones deseamos tener una barita mágica y cambiar las cosas que consideramos que no obran para bien a nuestro alredor, teniendo presente que a veces lo que para unos es bueno para otros resulta no tanto. Esto es una de las crueles leyes del vivir, no existen ganadores sin perdedores en el "mundo perfecto"; hay suficiente para todos, pero no está repartido en todos, sino en unos cuantos.

Tenemos un gran arma, nuestro pensamiento. El cual el sistema trata de adecuar para hacernos creer que todo anda bien.

Por eso este blog está dedicadoa todas esas personas que me rodean y que no tienen miedo de utilizar ése arma, para quienes aprecio, quiero y amo y sobre todo me entienden y sienten lo mismo... para ellos la invitación de que expresen su sentir; no es este un sitio de quejas y lamentos, sino de ideas nuevas que más que utópicas sean sin límites.

Gracias por aceptar mi locura y ser parte de esta humilde tarea!

martes, 12 de agosto de 2008

"¡Dios debe querer mucho a los pobres...


... porque sólo así se explica que hayan tantos!" Estas fueron, en una ocasión, las palabras de Lincoln exclamadas con enorme ironía. A muchos años después de la época en que él vivió se nos vino en cima un muy anunciado siglo XXI en donde, por lógica común, se debería de tener otra visión al problema de la pobreza. ¿Cómo habría de existir?, si estamos entre los hombres que inventaron las telecomunicaciones, que han investigado lo profundo de los océanos, que han llegado y vuelto del espacio, que han erradicado por completo enfermedades, que han manipulado genéticamente a otros seres vivos; pero, ¿Qué es lo que ha pasado con la extrema pobreza en el mundo en estos tiempos? Bueno, podríamos empezar con los datos; cada hora 1.200 niños mueren de hambre en todo el mundo, lo que equivale (según la ONU) a las víctimas que causarían tres Tsunamis al mes. Esto quiere decir que, al año perecen ¡diez millones de pequeños! que la única diferencia entre otros niños, por ejemplo un niño estadounidense, es un estómago vacío, un cerebro atrofiado por la desnutrición y un rostro triste. O más bien, la diferencia sería que desgraciadamente a uno le tocó nacer en otro lugar que no fuera la tierra de las barras y las estrellas. Ellos son parte de esos 2.500 millones de seres que viven en condiciones paupérrimas y miserables, que viven, ...perdón, SOBREVIVEN con uno o dos dólares al día y corresponden al 40% de toda la humanidad, pero apenas disponen del 5% del ingreso mundial. La enorme diferencia es tal si se piensa que el 20% de la población mundial disfruta el 80% o más de toda la riqueza del planeta. Increíble el pensar tal certera realidad, pero lo terrible no es explícitamente el dinero en sí, sino que aunado a ello se denigran otras instancias importantes para la vida misma; podemos mencionar en esta caso que el agua potable que necesitan esos 2.500 millones de desdichados cuesta $7.000 millones al año. Esa inversión podría salvar la vida de 4.000 personas al día, representa mucho menos de lo que anualmente en Europa se gasta en perfumes, lo que se paga al año en cirugías en los Estados Unidos o ¡casi la mitad de los $12.000 millones que les cuesta al mes la guerra de Irak! El monto necesario, según los especialistas, para rescatar a 1.000 millones de personas de la extrema pobreza es apenas $300.000 millones, que equivalen a la suma de las cinco fortunas de los cinco magnates más acaudalados del orbe, o a la tercera parte de lo que se despilfarra anualmente en el planeta en gastos militares. Diez millones de niños y ocho millones de adultos perecen todos los años por hambre. Estos significa que cada tres años este flagelo casi apocalíptico extermina a un monto de vidas equivalente a todos los muertos en batallas, bombardeos y campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Con todo esto queda en el aire la pregunta: ¿Hemos "avanzado"? o más bien ¿qué es y para quienes es el avance? Con todo lo que el hombre ha dicho en forma de alarde por la "Globalización" nos queda un mal sabor de boca al darnos cuenta que la famosa "Aldea Global" como sinónimo de progreso, solidaridad, unificación, optimismo y modernidad se erige sobre un gigantezco cúmulo de hambre y muerte. Un mundo moderno que con todos sus Derechos Humanos deja que ante los ojos de todo un planeta sigamos permitiendo tales acontecimientos. Sería prudente terminar este espacio con las palabras de Luiz Inácio Lula da Silva: "[...] el hambre es, en verdad, la peor de todas las armas de destrucción masiva..."

jack...17